Convocatoria 2012 a poetas y narradores

Convocatoria 2012 a poetas y narradores
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jueves, 26 de marzo de 2009

miércoles, 25 de marzo de 2009

De la Plaza al Congreso

Mensaje
Por Mario Wainfeld

Claro que las Madres y las Abuelas estaban ahí, dueñas por derecho propio de la escena. Cada vez más pequeñas en su físico, con las sandalias tan habituadas a fatigar las calles sin violencia ni agresiones, ganándose un aplauso pleno, sostenido, emocionado.

Los de 60, 50 años, los argentinos que la pasaron mal años ha, discurrieron otra vez sobre el espacio público de una ciudad calma, en la que refrescó un poquito, como para aliviar la tenida.

El documento leído desde el palco remoza los reclamos que llevan décadas. Podría hacerse una semblanza de la más noble militancia de la historia argentina repasando cómo fueron variando esas consignas. La “aparición con vida” de las Madres pioneras y corajudas, el “castigo a los culpables”, los repudios a la obediencia debida, el punto final y los indultos, la exigencia de nulidades se sucedieron en el tiempo. Ahora se agregan los pedidos por Jorge Julio López y las críticas por las demoras de los juicios a los genocidas.

Es un tramo de más de un cuarto de siglo de funcionamiento institucional: las defecciones de los gobiernos populares, sus destellos de compromiso, los grandes momentos de los procesos a las Juntas y los producidos desde hace pocos años, la tenacidad de un sector creciente de la sociedad civil, con su vanguardia imbatible, los organismos de derechos humanos.

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La Plaza de Mayo está colmada, desde el palco hacia Bolívar. Se está terminando de leer el documento, el cronista descorre la Avenida de Mayo, ya pasadas las cinco de la tarde. Las columnas siguen viniéndose en sinfín, abigarradas hasta la avenida 9 de Julio, un poco más separadas hasta Rodríguez Peña. Hay algunas por Diagonal Norte, no tantas. Amén de la Plaza, hay más de once cuadras de multitud, alrededor de 40.000 metros cuadrados ocupados por manifestantes.

Eche usted su cuenta de la asistencia, lector, desconfíe de los canales de noticias y los on line de los grandes medios, que ayer mezquinaron cobertura. Días atrás transmitieron en cadena la raleada movida contra la inseguridad y los discursos proselitistas de un rabino en campaña y un sacerdote católico que rezumaba odio.

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Volvamos a la calle, es más grato. Un repaso a ojo registra columnas variopintas, que suman al planteo colectivo signos identitarios. La agenda de las dictaduras es plana, no sólo se reprime la disidencia política, sino todas las formas de libertad o de diversidad.

En democracia, las demandas se multiplican y sofistican. Jamás serán saciadas del todo, pero la ampliación de sus márgenes es un dato insoslayable que a veces nos perdemos de ver. Grupos feministas que promueven el fin de la violencia familiar. Bolivianos orgullosos, tocando instrumentos de su terruño, con la bandera multicolor y pancartas con la figura de Evo Morales. Un grupo que, al modo de los descamisados que asumían con orgullo el mote desdeñoso de las minorías que los despreciaban, transforma la discriminación en bandera burlona. “Los putos peronistas” se la bancan como tales, y ya que están, se enumeran como “travas, tortas” y otras gracias.

Centros de estudiantes secundarios y universitarios suman sus cánticos y sus internas, que también las hay. Hugo Yasky y Martín Sabbatella marchan juntos, como por las calles de la provincia, sueltos de aparatos, cómodos entre la multitud. Marta Maffei, que supo encabezar hechos de masas y de honrosas luchas gremiales, también anda por ahí, es una más entre los que siempre pusieron el cuerpo.

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La política dice presente desde el kirchnerismo a su izquierda. La entente pro campo no aporta presencias, está en otra. Muchos nombres de los ’70 acompañan a Evita y Guevara: desde Cacho el Kadre hasta Santucho.

Los jóvenes de La Cámpora mixturan la evocación del efímero presidente de la primavera con un issue de coyuntura flamante “una ley de medios para la democracia”.

Libres del Sur, con una columna más que nutrida, cuestiona a Carrió, a Macri, De Narváez y Solá, pero pone por delante su distanciamiento con el kirchnerismo y un motivo. “Rico no es derechos humanos”, proclama, irrefutable, una bandera que marca el camino de su gente.

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La multiplicidad de partidos de izquierda comulga con el reclamo general, pero le agrega su posición crítica frente al gobierno nacional. Son miles de manifestantes, nutridos con panfletos y publicaciones. Se ubican al final, en un abanico de siglas que describe su saga. Las consignas contra el Gobierno son severas.

Luis Zamora camina con un par de compañeros por la vereda, sin columna ni pancartas.

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Carta Abierta, que tuvo su bautismo de masas en el día previo al voto no positivo, es uno entre los nuevos colectivos que se agregan a una honrosa tradición. Las Asambleas barriales, que dieron color y número a tantos encuentros desde 2002, son difíciles de encontrar.

Mucha gente por la libre, parejas, pequeños grupos que eventualmente alivian el cansancio en las veredas de algún café. Bebés que miran azorados, en los hombros de sus padres o sus abuelos.

A ojímetro, la clase media hegemoniza la concurrencia, la base social humilde de los movimientos sociales es minoría.

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Hay que tener 25 años para haber pasado toda la vida en democracia. Los de treinta recibieron toda su educación formal sin el cepo feroz del autoritarismo. Sería una audacia justipreciar cuántos de los manifestantes a Plaza de Mayo tenían esas edades, pero es seguro que eran muchos, acaso más de la mitad. La mayoría no son ya víctimas ni deudos: los pibes de HIJOS andan por arriba de 30, por lo general. Jóvenes de nuevas camadas, con sus propias experiencias, sin la vivencia personal de la dictadura, con la libertad mamada desde la cuna, dijeron presente, testimoniando que las grandes causas no tienen dueños, ni personales ni generacionales.

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Ayer mismo, a las siete de la tarde, para el on line de La Nación la noticia principal era la caída del gobierno checoslovaco. Wall Street la segunda, en la lógica de la edición la marcha era la décima o menos. Recién a las 19.30 la marcha gana posiciones en la edición de Internet del diario de los Mitre. Muy otro trato que los cortes de ruta de centenares de productores o que la convocatoria módica de Susana, Bergman y Marcó.

Los instigadores, cómplices y luego encubridores del terrorismo de Estado siguen fieles a sí mismos, en su afán ocultador. Con todo, la tribuna de doctrina habla de “dictadura”. Es un avance, el tono de los tiempos mueve hasta a los más remisos: hasta hace un par de años el manual de estilo no escrito pero imperativo del medio vetaba esa expresión. Era “gobierno de facto” y el terrorismo de Estado “lucha antisubversiva”. Esa segunda supresión sigue vigente, casi todas las veces. Ese es el estilo de la “prensa independiente”.

Fue una fiesta de la democracia y la memoria. Organizaciones no gubernamentales, ciudadanos sueltos, partidos políticos del oficialismo y de la oposición, cooperando en aras de su insigne denominador común y dando rienda suelta a sus enormes divergencias.

Usted, lector consecuente de este diario, inmune a la feroz manipulación predominante, seguramente lo palpó. Por si no estuvo, sepa que fue un actazo, en el que vibró una sociedad plural, dividida, herida, movilizada, viva al fin.

mwainfeld@pagina12.com.ar

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viernes, 20 de marzo de 2009

El titular del Cemida analiza el rol militar en la historia reciente.

Por Camilo Cagni
Periodista

Horacio Ballester egresó del Colegio Militar en el año 1946. Fue compañero de promoción de ex militares como Leopoldo Galtieri y Luciano Menéndez, pero a diferencia de ellos él siempre estuvo convencido de que la democracia es el mejor sistema de gobierno. Considerado una rara avis en el universo militar, actualmente participa en los procesos judiciales contra sus camaradas de armas que participaron del genocidio, y preside el Centro de Militares para la Democracia Argentina (Cemida). En diálogo con Miradas al Sur, el coronel retirado analiza el rol de las Fuerzas Armadas en la Historia reciente y cómo construyeron su enemigo en la población civil durante los años ’70. Además analiza la influencia de los militares extranjeros y habla de su intuición sobre el horror que se venía.

–¿Qué formación tenían los hombres de las FF.AA. respecto a la denominada “lucha contra la subversión”?

–Fue un largo camino que se empezó a recorrer en el año 1942, cuando se organizó una reunión de cancilleres en Río de Janeiro con el fin de analizar la situación política y militar que atravesaba el mundo por aquellos años. Allí se resolvió crear una junta de especialistas navales y militares para estudiar la defensa del continente, que después pasaría a llamarse la Junta Interamericana de Defensa. Este organismo, que existe hasta el día de hoy, cumple con dos tareas: recomendar a sus miembros qué doctrina militar se debe aplicar en situación de conflicto, e identificar quien es el enemigo.

–Desde esos tiempos y hasta la década del ’70, ¿cómo fue cambiando la visualización del enemigo por parte del ejército argentino?

–En 1942 los enemigos eran los países miembros del eje: Italia, Alemania y Japón. Ya terminada la Segunda Guerra Mundial, allá por el año ’47, el enemigo pasó a ser la Unión Soviética. Justamente en ese año se firma el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca, donde se establece el principio de que “un ataque de una nación extracontinental contra una continental es considerado como un ataque contra todas las naciones del mismo continente”. Es ahí cuando todos los países de Latinoamérica empiezan a estar más ligados con las acciones de ataque o de defensa que realiza el ejército estadounidense. Ya entrada la década del ’60, el enemigo deja de ser solamente externo para empezar a ser identificado fronteras adentro. Ahora el disidente pasa a ser la población civil misma, y se lo podía encontrar tanto en los sindicatos como en la universidad. De esta manera las FF. AA. fueron creando esta nueva hipótesis de conflicto llamando al opuesto como “infiltrado comunista” o “delincuente subversivo”.

–¿Qué rol jugaron militares extranjeros en el adoctrinamiento de sus pares argentinos?

–Su participación fue importantísima. Ya a fines de la década del ’50, cuando estaba arribando a la
Argentina
la llamada Doctrina de Seguridad Nacional, se incorpora dentro del Ejército otra doctrina complementaria, que sería la militar francesa de contrainsurgencia. Ya había sido utilizada por los militares franceses en Indochina –hoy Vietnam– y en Argelia. Es ahí donde empiezan a aparecer los penosos y aberrantes métodos que utilizaron las FF. AA. durante los ’70. Esto es: ejercitar el poder bajo un control total de la población, mediante la vigilancia y el terror. Lo que era específicamente el trabajo del torturador provenía de técnicas dictadas en la triste Escuela de las Américas, una institución pedagógica de la represión que estaba instalada en la zona del canal de Panamá. Allí se formaban los futuros mercenarios y dictadores del continente.

–¿Esa instrucción técnica contribuyó a la edificación de un proyecto de país?

–Sin duda. Existen dos tipos de proyecto, uno independiente y otro dependiente. Cuando hay un proyecto nacional independiente el enemigo va a estar afuera, porque el resto de los países son los que se van a oponer al proyecto nacional del propio país. Ahora, cuando el proyecto nacional es dependiente, las armas van a apuntar hacia el interior del país, porque este tiene que subordinarse y satisfacer las necesidades e intereses socio-económicos del imperio de turno.

–¿Era conciente de las prácticas ilegales que realizarían las FF. AA. contra la población civil?

–Estando dentro de las FF. AA. denuncié toda esta avanzada represiva que se estaba gestando en el mismo seno de la fuerza. Así fue como en 1971 me hicieron un Consejo de Guerra cuando me sublevé por estas cuestiones contra la dictadura del general Lanusse, y ahí me dieron tres meses de prisión y la baja inmediata del Ejército. Ya un tiempo antes del derrocamiento de Isabel Perón se veía venir un incremento en la represión, pero nunca pensé que se iba a llegar a semejantes extremos. Lamentablemente varios de esos militares que protagonizaron el golpe junto a Videla y compañía, habían sido grandes amigos míos en la juventud. Es increíble ver como estos individuos se convirtieron en semejantes monstruos. Yo creo que ni ellos se imaginaban lo bestiales que podían llegar a ser.

–¿Con cuáles de los militares condenados o acusados de cometer delitos de lesa humanidad tuvo trato en el Ejército?

–Con casi todos. Fui compañero de promoción de tipos como Leopordo Galtieri, Albano Harguindegui, Luciano Benjamín Menéndez, Santiago Riveros, entre otros.

–¿Usted participó en el juicio a las juntas?

–Sí, en los juicios a las juntas participamos el coronel García y yo, como testigos de la fiscalía; y ahora participamos nuevamente en los juicios de Neuquén, en Corrientes, el de la Esma, la masacre de Fátima y tenemos otros más por delante. Es necesario participar para que de una vez por todas haya justicia, y los asesinos paguen sus culpas.

-¿Cómo nace el Cemida?

-Cuando vuelve la democracia en 1983, las únicas voces castrenses que se escuchaban eran, desde luego, a favor del Proceso, tanto de militares en actividad como de retirados. Nosotros queríamos hablar pero no teníamos eco en ningún medio; éramos como invisibles. Nosotros queríamos hacer conocer a la opinión pública y en particular a los oficiales de las FF. AA, la existencia de un pensamiento militar genuinamente constitucionalista, el cual se oponía a toda manifestación castrense que exceda los límites de lo legal, lo moral y lo ético; según las más puras tradiciones sanmartinianas. Y con la certeza de que la democracia constituye el único medio para lograr la liberación argentina y latinoamericana. Entonces pensamos que si nos organizábamos tal vez nos iban a escuchar. Y, por cierto, no fue una equivocación: nos escucharon, al punto de que apenas se formó la agrupación nos pusieron una bomba que nos voló casi todo el edificio.
El Argentino.Com 08-03-2009

viernes, 13 de marzo de 2009

¿Tolerancia 0?

Por Luciana Peker
Las 12 - Pagina 12

Si la inseguridad se combatiera con el estilo Dubai, muchos famosos –como Susana– reconocerían que los delitos no son un problema (sólo) de otros.

Susana Giménez hizo shock. Otra vez. Pero —ahora— no para una publicidad, para darse vuelta, para vender un jabón, sino para shockear con sus declaraciones haciéndose la Susanita que —cree— todas llevamos dentro. Susana es la tapa, la cara, la voz del pedido de mano dura re-convertida en grito inflexible. No sólo pidió pena de muerte con el latiguillo de matar a los que matan. No sólo se quejó —como hacía Bernardo— de que a las cárceles se entra por una puerta y se sale por otra (aunque seguramente no pispeó que nunca se sale igual, siempre peor, mucho peor) sino que fue por más. “Las cárceles de Dubai están vacías. Les pregunté a los policías por qué y me dijeron: porque acá los matamos a todos”, enrostró Susana su condición de viajada para hablar de seguridad pública.

La diva relató, ejemplificadora, que ahí la gente se pasea con relojes de 200 mil dólares. Y nadie se los manotea. Ella aprendió las lecciones sobre Dubai en un viaje que hizo de la mano de Marley en febrero del 2006 para que la gente mire por tevé la riqueza de un emirato árabe. Ahora ya sabemos que en Dubai tienen las cárceles limpias, que allá no se jode y que con Marley no sólo se tragan bichos. También se aprenden lecciones de Derecho Penal (y después critican la televisión basura).

No vamos a decir “¡qué barbaridad!, a la señora bárbara que hizo de su barbarie una gracia de la civilización platinada. Porque los que opinan contra ella ya dijeron que es una barbaridad ningunear a los derechos humanos como si fueran el enemigo de la gente decente (y como si gran parte de la inseguridad no fuera porque a nadie le importa que los excluidos se mueran o no tengan proyectos de vida a los que apostar) y los que opinan como ella —o vieron lo bien que medía en rating opinar como ella— ya están saliendo a bravuconear en una maratón mediática de Matando por un sueño.

Desde Moria Casán hasta Adrián “El Facha” Martel o Jacobo Winograd —que renació de su chizito— todos sacaron carnet de asaltados, violentados, heridos y hartos de estar hartos y pusieron el grito en el cielo. Aunque la inseguridad no es un globo inflado por los programas de chimentos. El miedo, el resentimiento y la violencia inenarrable de algunos delitos son parte de una sociedad violenta que (también) es violenta con sus caras más famosas (o sus allegados). El problema es si la voz alzada para pedir más violencia en cámara va a frenarla o, por el contrario, arengar a los tiros para que la calle sea cada vez más una disputa de todos contra todos. Y, en ese caso, a Susana no le va a pasar lo mismo que a cualquier vecina porque ella —también nos contó en estos días— tiene hasta las ruedas blindadas.

Pero para no dejarla sola, Moria salió a proponer una marcha. Ella no es una improvisada y ya había dicho (para defender el menemismo) que no le gusta ver cartoneros en la calle (tal vez le vendría bien pedirle a Marley un viaje abc1 por el mundo). Sin embargo, no logró ser elegida para llevar sus ideas a la práctica. Cuando se presentó a elecciones salió novena y ni arañó una banca de diputada. No es sólo que la embestida de Susana —y sus susanos— plantea mal un buen debate. El delito no es una cuestión de los otros. Y los derechos humanos —o garantías procesales— sí son un derecho de todos.

¿Qué tal si la filosofía del ojo por ojo, muerte por muerte, le tocara a ella: a Susana, o a ellos, a muchos de ellos? A los que creen que delinquir es sólo eso que hacen los pibes chorros mientras los famosos apenas se equivocan. El delito también rozó a Susana que, en 1987, compró un Mercedes Benz con una exención impositiva destinada a un discapacitado, el auto fue encontrado escondido (en 1991) en la estancia de su ex marido Huberto Roviralta y ella fue acusada de encubrimiento de contrabando. Y reincidió. “¿Qué quiere, padre, construir un Sheraton?”, le preguntó al sacerdote que tenía que beneficiarse con Su concurso telefónico del 0-600 pero denunciaba que le birlaban los fondos. Por suerte para Susana su enemigo fue Julio Grassi —que se hundió solo por su propio delito— pero su ex novio y socio Jorge Rodríguez fue procesado por administración fraudulenta. Moria tampoco puso en marcha el pedido de seguridad en la puerta de su casa. Su ex novio —Xavier Ferrer Vásquez— fue detenido por manejar un auto robado.

No es cuestión de perseguir con prontuarios, pero sí de ver quién es capaz de desistir de un juicio justo. La filosofía de la Tolerancia Cero con la que la derecha norteamericana aseguró haber limpiado Nueva York —by Rudolph Giuliani— predicaba que no había que perdonar ninguna falta leve para que no sucedieran delitos graves. Si la Tolerancia Cero se aplicara a la Argentina Susana podría haber estado presa. Si importáramos el sistema carcelario de Dubai o el método Giuliani —ojo por ojo y ninguna tolerancia a ningún delito— su reclamo la podría haber encontrado a ella del otro lado. Pero, por suerte, a Dubai fue a darse una vueltita con Marley.

martes, 3 de marzo de 2009

DÍA DE LA MUJER

Muchos cuestionan esta fecha, como si fuera un regalo su existencia, algunos ridiculizan la fecha o se preguntan por qué entonces no existe un “Día del hombre”.

El origen de este día se atribuye a dos hechos importantes y ocurridos ambos en la ciudad de Nueva York.

*- El primero fue una gran marcha de trabajadoras textiles en el año 1857. Miles de mujeres marcharon sobre los barrios adinerados de Nueva York en protesta por las miserables condiciones de las trabajadoras.

*- El segundo, ocurrió en 1908. Ese año 40,000 costureras industriales de grandes factorías se declararon en huelga demandando el derecho de unirse a los sindicatos, mejores salarios, una jornada de trabajo menos larga, entrenamiento vocacional y el rechazo al trabajo infantil. Durante la huelga, 129 trabajadoras murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York. Los dueños de la fábrica habían encerrado a las trabajadoras para forzarlas a permanecer en el trabajo y no unirse a la huelga. Dos hechos que cuestionan directamente la situación laboral de la mujer.

La frase que publicita una marca de cigarrillos decía: “Has recorrido un largo camino muchacha” Y sería bueno hacer un balance de ese recorrido y preguntarnos por la actual condición laboral de la mujer. Y este balance es aterrador. Las mujeres ganan un 30% menos que los hombres y cuando trabajan en negro la brecha es aún mayor: 40 %. Según el Ministerio de Trabajo, los empleadores asumen que a ellas las mantienen los maridos. En la Argentina el salario promedio es de 1.100 pesos. Pero, en verdad, en la cartera de las damas no entran los mismos billetes que en la billetera del caballero. Las mujeres ganan, en promedio, un 30% menos que los varones. En plata: 770 pesos de sueldo y 330 pesos de diferencia. Pero, en el trabajo en negro, la diferencia es todavía peor. Las vendedoras ambulantes, empleadas domésticas, vendedoras o profesionales no registradas ante el Estado ganan un 40% menos que sus compañeros de tareas. En plata: 440 pesos.

El empleo informal no sólo quita jubilación, aguinaldo y obra social. También profundiza la desigualdad entre trabajadores y trabajadoras. Entre las asalariadas con recibo de sueldo la diferencia de sexo les quita un 20% de dinero. Pero en el mercado informal la disparidad dobla la apuesta y quita 4 de cada 10 pesos por razones de género, según el informe “Situación laboral de varones y mujeres”, del Ministerio de Trabajo de la Nación.

En el sector de servicios las trabajadoras ganan un 26% menos que sus compañeros. En los comercios, las vendedoras reciben un sueldo 16% más chico que los vendedores. En los servicios sociales y de salud, las enfermeras o médicas se pierden un 17% de dinero por ser personal femenino y en las industrias la diferencia por género llega al 22%, según la investigación de la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales. “Es muy grave la brecha de género en la Argentina. Pero este tema no está en la agenda. Y, por supuesto, las más afectadas son las mujeres más pobres”, opina Olga Hammar, presidenta de la Comisión Tripartita de Igualdad de Trato y Oportunidades en el Mundo Laboral.

Las razones para que las mujeres ganen menos son varias: a veces, la discriminación es explícita. Pero, en otros casos, la telaraña atrapabilletes teje otras redes. “Las mujeres perciben remuneraciones inferiores por la segregación del mercado de trabajo. Por un lado, ocupan puestos de menor jerarquía que los varones y, en consecuencia, perciben salarios inferiores, y por el otro, porque su actividad se concentra habitualmente en las ocupaciones de más baja remuneración, como servicios o tareas de oficina y ventas”, señala el informe oficial. Hammar agrega: “En los lugares donde hay mayoría femenina los salarios caen automáticamente. Esto paso históricamente con los docentes, la enfermería y ahora pasa en la justicia”.

El problema no es sólo argentino. En Suecia las mujeres ganan sólo un 82% del sueldo de los varones, según la diputada Anita Harriman. Mientras, Nicolas Sarkozy prometió que en dos años va a empezar a multar a las empresas que no respeten la igualdad salarial en Francia.

“Para revertir esta disparidad es imprescindible concretar políticas para conciliar la vida laboral y familiar, de cuidado infantil y de promoción de las mujeres en lugares jerárquicos”, propone Estela Díaz, ex secretaria de género de la CTA e integrante de la Asociación por los Derechos de las Mujeres (ADEM). María José Lubertino, presidenta del Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi) resalta: “No hay excusa para que las mujeres cobren menos que los varones: es inconstitucional e ilegal”.

Las mujeres argentinas que trabajan ocho horas fuera de su casa, trabajan además dentro de su casa, 4 horas y 17 minutos, según una investigación del Consejo Nacional de la Mujer. No hay sexo –ni cuerpo– que aguante sin otro hombro para repartir la tarea. Y disfrutar del tiempo.

El camino recorrido es largo, pero las diferencias laborales siguen vigentes. El día Internacional de la Mujer es un día de lucha.

Y creo que es un día en que vale un brindis y un saludo, porque toda lucha debe ser celebrada.

Silvia Maezo

Actividad con entrada gratuita

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No te quedes adentro, detrás de las rejas. Ni salgas afuera, sin red que te contenga.

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Ley de Maedios Audiovisuales ¡Ya!

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